Una bomba de la Segunda Guerra Mundial fue encontrada en pleno centro de Berlín y para desactivarla la policía y los bomberos debieron realizar hoy un gigantesco operativo que obligó a clausurar la principal estación de trenes de la ciudad y a evacuar a más de 10.000 personas de los edificios aledaños, incluidas empresas y ministerios.
Expertos en el manejo de explosivos consiguieron a primera hora de la tarde retirar el detonador del artefacto de 500 kilos descubierto días antes en unas obras en construcción en las cercanías de la estación central, la Hauptbahnhof.
"Desactivada", comunicó la Policía a través de su cuenta de Twitter luego de que se llevase a cabo uno de los mayores operativos de evacuación que se hayan visto en Berlín en los últimos años.
La Policía acordonó un radio de 800 metros en torno al lugar del hallazgo y llamó a los habitantes a abandonar la zona. Un hombre que no podía moverse por sus propios medios fue sacado por la ventana por los bomberos de su apartamento en un edificio de altos.
El desalojo en esta zona céntrica cercana al barrio gubernamental también afectó a empresas, al Ministerio de Economía, al servicio de inteligencia interior y una parte del Ministerio de Transportes. La sede de un tribunal y el Museo de Arte Contemporáneo, cercanos a la estación, permanecerán cerrados.
El famoso hospital público Charité y otro sanatorio del Ejército alemán tuvieron que ser evacuados parcialmente y algunos colegios cerraron sus puertas durante todo el día, refirió la agencia de noticias alemana DPA.
La bomba de fabricación británica de 1,20 metros de largo y cerca de 50 centímetros de diámetro fue encontrada durante unos trabajos de construcción.
El hallazgo de la bomba generó temor en el centro de Berlín. REUTERS
Berlín fue blanco de innumerables ataques aéreos en la Segunda Guerra Mundial. Estadounidenses, británicos y rusos arrojaron hasta 1945 más de 45.000 toneladas de explosivos sobre la capital germana, según estimaciones de historiadores.
La estación central de trenes (Hauptbahnhof), por la que según cálculos oficiales pasan unas 300.000 personas por día, fue cerrada en horas de la mañana y los vagones fueron desviados a otras estaciones. Varias líneas de trenes suburbanos vieron interrumpidos sus servicios y los tranvías y autobuses dejaron de circular por la zona.
"Nunca tuvimos una situación de esta magnitud", dijo Friedemann Kessler, director de la sección este de los ferrocarriles Deutsche Bahn y responsable de la estación central.
Las autoridades estimaban que el tráfico vehicular se restablecería con rapidez. Los servicios ferroviarios, en cambio, necesitarían varias horas para recuperar la normalidad. La desactivación de la bomba estuvo a cargo de un grupo de cinco especialistas en el manejo de explosivos dirigido por el comisario jefe Engin Laumer. "Todo marchó sin ningún inconveniente", celebró.
El portavoz de la policía de Berlín, Winfrid Wenzel, también trazó un balance positivo. "La gente estaba bien informada. Muchos dejaron el coche en casa y se subieron a la bicicleta. Además, evitaron acercarse a la zona de evacuación. No se produjo ningún caos vial".
En Alemania es habitual que las fuerzas de seguridad realicen evacuaciones debido a la aparición de bombas de antigua procedencia, en especial de la guerra que castigó al país entre 1939 y 1945. En el país existen miles de ellas sin estallar en ríos, debajo de autopistas o de terrenos de viviendas.